Cada ciudadano debería tener una “cuenta corriente” con el Estado, donde consten todos los ingresos y gastos con el erario nacional a lo largo de su vida.
Gastos serían educación, salud, servicios de justicia si ha delinquido, ayuda en tiempos difíciles, etc. Ingresos serían los impuestos a la renta pagados, IVAs, las contribuciones pagadas, las patentes de vehículos, etc.
Entonces cada ciudadano sabría si está al haber o al debe con su país, en términos monetarios. Si ese ciudadano tiene más haberes, se le debe de alguna manera restaurar al menos algo de esos dineros ya en la parte final de su vida, o antes si dispone de fondos suficientes. Si por el contrario está cargado al debe, tendría que investigarse el por qué y hacer lo posible por cambiar la situación.
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