Reingeniería a la democracia

El mejor argumento contra la democracia es una conversación de 5 minutos con un votante promedio.
– Winston Churchill

Tenemos bien metido en la cabeza que una de las bases de la democracia es el poder elegir libremente a los gobernantes. Vaya falacia.

Esto va totalmente en oposición al sentido común. Tal como preparamos a nuestros militares, a los policías, a los ingenieros, a los técnicos, a los profesores, a los choferes, a los músicos, a los periodistas, es decir, a todo el espectro de actividades de la sociedad, ¿no deberíamos preparar también a quienes administran el Estado?

Antes de seguir, por favor abra su mente a un cambio radical, lo que se conoce generalmente como re-ingeniería.

Entonces, como país nos enfocamos en diseñar un nuevo sistema, y como nuevo sistema no dudemos en hacer los cambios que consideremos beneficiarán a la patria y a sus ciudadanos. Por ejemplo, quizás ya no sea necesario tener senadores y diputados si logramos crear un organigrama más de acuerdo a lo que se requiera. O quizás sí necesitemos senadores y diputados, aunque esta vez serán personas que hayan cumplido un ciclo de servicio al país, es decir, las personas que se hayan comprometido a servir al país en estas lides civiles y a medida que van adquiriendo experiencia y más conocimientos, irán adquiriendo más responsabilidades.

Entonces, ¿qué pasa con nosotros los ciudadanos? Bueno, nosotros votaríamos por políticas a seguir, ya no por personas. Por ejemplo, si se construye una represa en algún sitio del país, se somete a un plebiscito pero ya no solamente con un SI o un NO como únicas posibilidades, sino junto a unas 5, 7 o 10 preguntas acerca del tema. O sea, si una persona no sabe, a juzgar por sus respuestas, sobre el tema, ese voto no puede valer uno, debe valer el porcentaje de respuestas correctas, y eso para evitar que la ignorancia tenga peso alguno en los destinos del país. Por cierto, antes del plebiscito se publica la información necesaria para que los votantes puedan informarse.

Esta re-ingeniería sería algo nuevo, no sé si hay algún país con ese sistema, aunque podríamos decir que China lo tiene en parte. China cambió su sistema económico, y social, pero no le entregó el poder a los políticos, siguieron los mismos gobernantes, que partieron sirviendo al partido comunista desde los niveles inferiores y fueron ascendiendo en posiciones hasta que algunos llegaron a la cima. Cada funcionario en las posiciones altas comenzó desde abajo, hizo carrera y cumplió con los requisitos para avanzar. Inteligentes los chinos, hay que sacarles el sombrero, en apenas 4 décadas ya son una potencia mundial. Y claro que no, no se trata de copiar el sistema, pero sería lo más cercano a la propuesta que usted está leyendo.

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1 thought on “Reingeniería a la democracia”

  1. Asuntos a considerar:
    Cuidado con la falacia del barco de socrates: Socrates defendia como sistema de gobierno a la aristocracia, segun el, el gobierno de los mejores, pero todos sabemos donde eso lleva: a crear una casta que dirige la sociedad hacia sus propios intereses y bloquea el ascenso de nuevos participantes. El sistema Chino nuevamente es prueba de ello, lleno de corrupcion, los propios dirigentes no toman decisiones basados en la informacion oficial porque saben que no es confiable por la corrupcion, ya que todos mienten para ascender, e inflan las cifras para mostrar una gestion mejor a la real, asi poder justificar ascensos por favores politicos. Los organismos internacionales estiman el PIB de China por fotos satelitales.

    Una de las funciones de la politica es bajar los costos de transaccion: Si un privado tuviese que construir una carretera tendria que negociar con cientos de propietarios, lo que incrementa el costo del proyecto, mientras que el sistema politico hace mucho mas facil esta negociacion. El sistema que sea tiene que provocar el mismo efecto. Plebiscitar es extremadamente ineficiente y costoso, la mayor parte de los paises lo limitan por aspectos practicos.

    No es necesario inventar la rueda: Hay mucha experiencia internacional y estudios sobre sistemas politicos funcionales y muchas consideraciones para evitar efectos conocidos como “captura del Estado” o “captura del mercado”. Muchas veces estas soluciones se conocen, pero se ignoran a proposito, porque todos estos sistemas tiene que responder a un escenario politico concreto, un escenario que se resiste a los cambios, por mas racionales que estos sean. Como una marea, las fuerzas (intereses) aveces se alinean y logran mover la linea de la marea hacia una balance de fuerzas diferente al anterior. Lo que nos lleva al penultimo punto.

    La politica se trata de alinear intereses: no es una ciencia exacta, ni es pura administracion, sino negociar, manipular, motivar, o lo que haga falta para que intereses en conflicto encausen su trabajo en alguna direccion. Un mal politico moviliza suficentes intereses para ganar un asiento en un cargo formal, una vez en el cargo se vuelve administrador (el esfuerzo minimo). Un mejor politico usa el cargo formal como plataforma para desatorar los engranajes de la sociedad. No es el resultado de una escuela o un diseno formal de carrera politica, sino del “meta”, el estado del juego politico. En el caso chino el “meta” es mentir y hacer favores a la casta superior. Al meta no se le hace ingeneria. Quien creo el ajedrez nunca previo todos los estilos de juego. El meta evoluciona por si mismo y minimos cambios en las reglasdel juego generan resultados muy diferentes

    Finalmente, la razon de porque la democracia funciona es debido a que las decisiones politicas necesitan mecanismo de concenso rapido y porque a mayor representacion de diversidad de intereses, mejores decisiones, incluso si esas personas tienen menos conocimientos tecnicos. Es la diversidad de puntos de vista y la representacion de esos puntos que hace que la ejecucion de las decisiones sean mas exitosas, pero tambien mejores decisiones incluso que el juicio experto. Esto es posible obviamente porque la democracia tiene mecanismos para defenderse contra la demagogia, donde el peso de una mayoria inexperta es regulado.

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